Papa tributa cálida despedida en el Vaticano al presidente George W. Bush
Francotiradores en la cúpula de San Pedro
Sergio L. R. Dalbessio
ROMA (AFP) - El papa Benedicto XVI tributó este viernes una cálida e inédita despedida al presidente estadounidense, George W. Bush, al recibirlo en los bucólicos y encantadores jardines del Vaticano para agradecerle su defensa de los "valores morales fundamentales".
Dos meses después de su viaje a Estados Unidos, donde fue cariñosamente recibido en la Casa Blanca, y quebrando el riguroso protocolo de la Santa Sede, el Papa rindió un homenaje excepcional a Bush y a su esposa Laura, a los que recibió de pie, sonriente y al aire libre, frente a la histórica torre medieval de San Juan.
El pontífice suele recibir a sus huéspedes en la biblioteca privada del palacio apostólico y debido al cambio, el Vaticano se vio obligado a tomar medidas excepcionales y a prever hasta un grupo de francotiradores en la cúpula de la basílica de San Pedro.
"¡Qué honor, qué honor, qué honor!, fueron las palabras que Bush dirigió al jefe de la iglesia católica antes de saludarlo con un apretón de manos.
Las cálidas relaciones de Bush con el Papa contrastan con las difíciles relaciones mantenidas con su predecesor Juan Pablo II, quien se opuso con todas sus fuerzas a la guerra en Irak.
Después de una reunión privada de una media hora a puerta cerrada en el estudio que Juan XXIII mandó construir al inicio de la década de los 60 dentro de la torre para sus retiros espirituales, Bush y Benedicto XVI pasearon brevemente a la sombra de árboles centenarios.
Se trata de la primera vez en la historia reciente que un Papa pasea amigablemente con un jefe de Estado por los magníficos jardines del Vaticano.
Durante el "cordial" encuentro, el Papa agradeció a Bush "su compromiso en la defensa de los valores morales fundamentales", indicó un comunicado oficial divulgado por el Vaticano.
Bush es un ferviente defensor de la familia y se opone al aborto, dos puntos esenciales para la Iglesia católica.
El Papa y Bush conversaron también sobre las relaciones entre Estados Unidos y Europa, del Medio Oriente y de la necesidad de paz en la Tierra Santa, señaló la nota vaticana.
Igualmente abordaron temas tales como "la globalización, la crisis alimentaria y el comercio internacional, así como la actualización de los objetivos del milenio" para el combate del hambre en el mundo, precisó.
Sentados frente a una sencilla mesa de jardín, escucharon los cantos sagrados entonados por el coro de niños de la Capilla Sixtina instalados dentro de la réplica de la gruta de Lourdes construida en los jardines pontificios.
Al contrario de lo anunciado por la prensa, los dos líderes no oraron frente a la gruta. El presidente de Estados Unidos, protestante, evitó de esa forma rezar ante la imagen de la Virgen, cuyo culto no reconoce su religión.
Algunos prelados, que mantienen un "férreo" anonimato, han criticado el excepcional recibimiento dado a un jefe de Estado que desoyó las exhortaciones papales contra la guerra y a favor de la paz.
El diario del Vaticano, L'Osservatore Romano, estimó que se trató sólo de un gesto de cortesía, mientras varios cardenales descartaron que con ello el Papa entienda dar un apoyo a las decisiones políticas de Bush.
"Los dos han entablado un lazo personal y fuerte", comentó la vocera de la Casa Blanca, Dana Perino, en el avión que condujo luego Bush a París, cuarta etapa de su gira de despedida en Europa.
La prensa italiana especulaba por su parte sobre una posible conversión al catolicismo del mandatario estadounidense al término de su mandato en enero del 2009, debido a su admiración "total e incondicional" por el papa Benedicto XVI.
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6/17/2008
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