7/17/2008

LA MAFIA PANISTA AL DESCUBIERTO

Capos del calderonismo




Por: Eduardo Ibarra Aguirre


Cuando Manuel Espino Barrientos habla de “los capos del calderonismo”, no lo hace con la acepción que el término tiene en Bolivia, Perú y Ecuador -persona que es muy hábil- sino con el significado original: jefes de la mafia.

Vomitado el adjetivo calificativo contra compañeros de su partido, Acción Nacional, aunque no de sector ni de grupo de poder, el presidente de la Organización Demócrata Cristina de América, pretendió matizar ante el experimentado reportero Alvaro Delgado: “No tengo una explicación existencial, semántica, ideológica ni política. Es una expresión que se refiere a quienes encabezan un grupo con un proyecto común y que, en ocasiones, toman decisiones que pueden ser no muy ortodoxas, que se apartan del deber ser”.

La explicación salió sobrando porque el nativo de Victoria del Durango, Durango, que huyó de su estado a Ciudad Juárez, Chihuahua, y se vinculó con tareas de seguridad pública, conoce el argot policiaco y del hampa.

Pero la adjetivación para los hombres del primer círculo de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, por parte del madrugador aspirante a la candidatura panista a la gubernatura de Sonora, es reconfirmada y ampliada con las denuncias que formuló a Proceso (12-VII-08).

“Los capos del calderonismo” se “encargaron de llevar al partido a las prácticas del PRI”, “alineando alcaldes con la promesa de ‘bajar’ recursos federales a sus municipios”, ofrecimiento de puestos públicos o amenaza de perderlos, uso del gobierno para comprar voluntades con lo que “la nómina oficial le ganó la batalla a los principios”, espionaje en su contra orquestado por Juan Camilo Mouriño Terrazo, uso de la Procuraduría General de la República para abrir y esconder un expediente ministerial en su contra, además con el apoyo abierto de Eduardo Medina-Mora Icaza y un largo etcétera de políticas y prácticas gubernamentales puestas a la orden del día por “una derecha liberal moderna” –Roger Bartra Muria dixit-, frente al magno propósito que enuncia como “ganar el gobierno sin perder los principios”. Empresa ideológica y de ética pública a todas luces derrotada, perdida.

Mientras en el partido de enfrente, el de la Revolución Democrática, arriba al cuarto mes de crisis de la dirigencia, y el Revolucionario Institucional lo dirigen desde Xicoténcatl y San Lázaro, el fuego amigo que aporta el autor de Señal de alerta. Advertencia de una regresión política, es de alcances que superan con mucho la ambición de la gubernatura sonorense, impensable con el protagonismo actual de Manlio Fabio Beltrones Rivera en Los Pinos.

Es evidente, por otra parte, que la expareja presidencial formada por el más que afamado El alto vacío y la madre de los exitosísimos empresarios sexenales Manuel y Jorge Alberto Bribiesca Sahagún, no se distinguen por ser agradecidos con Calderón Hinojosa por el manto oficial con que los cubre.

Las señales enviadas por Espino Barrientos con el testimonio editorial y el tour mediático subsiguiente, revelan una problemática de largo alcance. Francisco José Paoli Bolio la resume en los siguientes términos: “El PAN está prácticamente cooptado por la Presidencia de la República. No hay decisión importante en el PAN que no sea tomada por el presidente Calderón”. (Canal Once, Primer plano, 15-VII-08). El PAN-gobierno, postula Manuel Espino, sustituyó al PRI-gobierno.

Es el caso también de la decisión de remover a Santiago Creel Miranda de la coordinación senatorial blanquiazul para satisfacer las exigencias de los dueños de Televisa, de Televisión Azteca y del país. El talentoso legislador hasta ahora se da por enterado que obedeció a “una razón reprobable por agraviante”.

Mientras Germán Martínez Cázares asume la responsabilidad por la decisión, el senador persiste erróneamente en administrar su verdad y sólo promete: “Ya hablaré”.

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