7/14/2009

36 mujeres asesinadas en Oaxaca en lo que va del año




Texto Jaquelina Escamilla


Aparecen casi a diario en los periódicos locales, hasta hoy son 36, en lo que va del año, y más de 560 en la ultima década, putrefactas, sentadas frente al computador con un tiro en la cabeza, muertas a machetazos, tiradas en los campos de la periferia de la ciudad, solas o en dúo, igual puede ser una niña de 6 años que una mujer de 58.


Ellas somos todas, las invisibles, las que encabezamos cientos de discursos de políticos, las que somos bandera en las promesas de campaña, las que no importa si eran profesionistas, amas de casa o prostitutas, todas mujeres, mujeres asesinadas por su esposos, amantes, amigos, padres, jefes o desconocidos, da igual, también el nombre, siempre terminaron a manos de un hombre.


Entre 1999 y 2003 hubo 351 homicidios de niñas y mujeres, dato que de acuerdo al informe del Congreso, fue proporcionado por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) ya para los años del 2002 y 2004, Oaxaca pasó de ocupar el quinto al segundo lugar por la tasa de homicidios de mujeres, de acuerdo con la investigación del Congreso Federal.

Así, mientras Heidi Joselyn nunca imagino en sus juegos de muñecas que la ex pareja de su mamá en un arranque de ira, se la iba a robar una madrugada para después darle muerte y tirarla cerca de su casa, Aurelia Pablo Santiago, de 58 años, tampoco imagino que tras una acalorada discusión con el papá de su nieta fuera asesinada de 13 machetazos, en su domicilio de arroyo seco de la colonia Tepeyac, en Cuilapam de Guerrero.

Según Patricia Olea, psicóloga de la Red Chilena contra la violencia Doméstica y Sexual se ha demostrado en estudios psicológicos practicados a feminicidas, que se trata de hombres completamente normales, sin problemas mentales y que incluso a los ojos de los demás, parecen verdaderos algodones de azúcar. “No son enfermos, son agresores, machistas, femicidas. Hombres que creen que las mujeres son de su poder y que pueden utilizarlas a su antojo”, aclara.

En el 1er Informe Sustantivo de actividades 14 de abril 2004 al 14 abril 2005, “Por la Vida y la Libertad de la Mujeres” de la Comisión Especial para Conocer y dar seguimiento a las Investigaciones Relacionadas con los Feminicidios en la República Mexicana y a la Procuración de justicia Vinculada de la LIX Legislatura Cámara de Diputados H. Congreso de la Unión, señalan que el feminicidio es una ínfima parte visible de la violencia contra niñas y mujeres, sucede como culminación de una situación caracterizada por la violación reiterada y sistemática de los derechos humanos de las mujeres. Su común denominador es el género: niñas y mujeres son violentadas con crueldad por el solo hecho de ser mujeres y sólo en algunos casos son asesinadas como culminación de dicha violencia pública o privada.

De acuerdo con Diane Russell y Jill Radford, los crímenes se dan en todo el mundo y son el resultado de la violencia misógina llevada al extremo y, por ende, son la muestra más visible de múltiples formas previas de hostigamiento, maltrato, daño, repudio, acoso y abandono.


Para ahondar en el tema OAXACA EN LA RED conversó con la doctora Jovita Ríos Coca, activista e integrantes del Colectivo Feminista “Mujeres Lilas” sobre los asesinatos de mujeres en el Estado.

¿Qué hace falta para que cesen los asesinatos de mujeres?

Realmente considero que deben existir sanciones a nivel jurídico en donde las penalidades sean altas y no haya un beneficio por buen comportamiento, además de que se de tratamiento de rehabilitación para los hombres que asesinan a mujeres, adolescentes, niñas.
Sin embargo, el ideal es, que los hombres dejen de violentar a las mujeres en todas las expresiones que conocemos y sabemos por los periódicos, radio, tv, que son situaciones extremas.
Debe haber un nivel educativo, social, en medios de comunicación, en instituciones que atienden y previenen la violencia, programas tendientes a erradicar el sistema patriarcal que cosifica a las mujeres y en el cual no existe respeto por nosotras como personas, así las mujeres no tendríamos porque luchar por sanciones altas o pedir pena de muerte para violadores y asesinos, las mujeres queremos una vida libre de violencia.
Eso es lo que considero hace falta para que cesen los asesinatos de mujeres, en Oaxaca y en todo el mundo.


¿Las leyes son letra muerta en el estado?

Las leyes tienen muchas deficiencias y el gran problema es que quienes imparten justicia en nuestro estado realmente desconocen la gravedad de la violencia feminicida.
Las leyes podrían servir de algo si se aplicaran, si se investigara hasta encontrar a los responsables, si contáramos con una policía investigadora capacitada, si no existiera impunidad en los órganos de justicia. Solo así las leyes no serán letra muerta.

¿Cuantas mujeres asesinadas van en este año?

36 mujeres asesinadas en todo el estado de Oaxaca de enero a la fecha, de acuerdo a reportes hemerográficos (noticias e imparcial).


¿Feminicidios o solo "asesinatos de mujeres" como diría el procurador?

Desafortunadamente "homicidios", pues en nuestro código penal no existe el delito de feminicidio, la gente que imparte justicia se caracteriza por ser irresponsable, creo que el actual procurador rebasa las expectativas de hablar por impulso y no ser serio en sus planteamientos y declaraciones.

¿Qué pasa en una sociedad o que lleva a una sociedad a ser tan violenta con las mujeres?

Desafortunadamente la violencia en contra de las mujeres es un problema ancestral, en una sociedad que ve como inferiores a las mujeres y la cual no tiene respeto por la vida de las mujeres y las cosifica, realmente se tendría que desestructurar a nivel social, cultural, religioso, educativo, familiar, este sistema de dominación, violento que solo permite la violencia feminicida en contra de las mujeres.


El 17 de abril del presente año, integrantes de 21 organizaciones civiles realizaron un mitin en la Fuente de las Siete Regiones, en Oaxaca, para exigir al gobierno de Ulises Ruiz el esclarecimiento de 549 asesinatos de mujeres, cometidos en el estado en la última década, hasta esa fecha.

En esa ocasión, demandaron a la Procuraduría General de Justicia del estado (PGJE) que presente, de manera inmediata, a los asesinos de las más de 500 mujeres, 13 de las cuales habían sido ejecutadas de enero a abril del 2009, en el estado.

El Observatorio Ciudadano del Feminicidio Oaxaca, los Colectivos Huaxyacac y Mujer Nueva, la Coordinadora de Mujeres Oaxaqueñas 1º de Agosto y la Comisión Magisterial de Derechos Humanos, entre otras organizaciones, resaltaron que "la violencia feminicida coloca a Oaxaca en el segundo lugar en la estadística nacional de homicidios cometidos contra mujeres y niñas", de acuerdo con el informe de la Cámara de Diputados.


Además, resaltaron que, de acuerdo con datos oficiales, casi cinco mujeres en promedio fueron asesinadas al mes en Oaxaca.


Las inconformes destacaron que la violencia feminicida –según el Artículo 21 de Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia– "es la forma extrema de violencia de género contra las mujeres, producto de la violación de sus derechos humanos en los ámbitos público y privado, conformada por el conjunto de conductas misóginas que pueden conllevar impunidad social y del Estado y puede culminar en homicidio y otras formas de muerte violenta de mujeres".


Entre los casos de mujeres asesinadas en lo que va del año, se encuentra el de Beatriz López Leyva, dirigente perredista en San Pedro Jicayán, asesinada brutalmente en su domicilio, el lunes 6 abril.
Inés Bernardina Núñez Calixto, de Xochitonalco Huautla, quien tras ser violada y golpeada en la cabeza, fue cruelmente asesinada el miércoles 15 abril.

Nallely González Morales, de San Felipe Tejalapa, asesinada el jueves 16 de abril de 11 puñaladas y una herida en la yugular.

Patricia Martínez Cuevas, de 34 años de edad quien se desempeñaba como secretaria de la Biblioteca Municipal de Loma Bonita, Oaxaca el 28 de mayo y fue localizada en estado de putrefacción.
Aurelia Pablo Santiago de 58 años de edad quien el martes 02 de junio fue asesinada de 13 machetazos ,en su domicilio de arroyo seco sin numero de la colonia Tepeyac, en Cuilapam de Guerrero
Heidi Joselin Basilio Gómez de 6 años de edad quien el pasado 8 de junio también fue asesinada en Salina Cruz
Tomasa Pérez Maldonado, quien el pasado 17 de junio fue asesinada de un balazo en el pecho, en la Ranchería “La Chidola, en Santiago Lachiguiri.

Rosa Torres Juárez de 24 años de edad, cuyo cuerpo fue encontrado semienterrado en el patio trasero de la casa del inculpado, con claras señas de violencia, golpes y sometimiento, ya que se encontraba atada de pies y manos, con claros indicios de haber sufrido abuso sexual, en la comunidad de San Juan del Río, en diciembre del año pasado.

Por otro lado están los asesinatos de las comunicadoras triquis Teresa Bautista y Felícitas Martínez, el 7 de abril del año 2008, así como el de Guadalupe Ávila Salinas, candidata a la presidencia municipal de San José Estancia Grande.
Según el 1er Informe Sustantivo de actividades 14 de abril 2004 al 14 abril 2005, “Por la Vida y la Libertad de la Mujeres” señala que “Las Sociedades del pasado y del presente han convertido el feminicidio en una costumbre y una práctica social para desechar a las niñas a través del infanticidio o, en la actualidad, se extiende la práctica del feticidio selectivo de productos XX en busca de gestar niños, ante la imposibilidad de las parejas de procrear más de una criatura.

La explicación del feminicidio se encuentra en el dominio de género: caracterizado tanto por la supremacía masculina como por la opresión, discriminación, explotación y, sobre todo, exclusión social de niñas y mujeres como propone Haydee Birgin. Todo ello, legitimado por una percepción social desvalorizadora, hostil y degradante de las mujeres. La arbitrariedad e inequidad social se potencian con la impunidad social y judicial en torno a los delitos contra las mujeres.

Es decir, la violencia está presente antes del homicidio de formas diversas a lo largo de la vida de las mujeres. Después de perpetrado el homicidio, continúa como violencia institucional a través de la impunidad que caracteriza casos particulares, como en México, por la sucesión de asesinatos de niñas y mujeres a lo largo del tiempo (más de una década desde que se inició el recuento).

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